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martes, 10 de mayo de 2011

La media cagá...

Puta, en la tarde jui a ver a mi polola a su casa, y cuando me abrió la puerta estaba la weona con la cara rara, caché que era mejor no haber ido, pero entré, yo creo que era un hábito.
En la mesa estaba mi cuñada conversando con su pololo y unos primos de mi mina con sus pololas, todos hablando pura mierda, entonces me quedé calla'o porque no estaba ni ahí con discutir con weones, comía y escuchaba, la hora y media que estuve en esa mesa se me hizo eterna, quería puro irme de esa weá, entonces me preguntaron una weá, no me acuerdo qué chucha, pero no pensé la respuesta y me empezaron a increpar, seguí sin pensar y dije puras weás, hasta que la idiota de mi cuñada me atacó directamente diciéndome idiota, y yo le exigí que se disculpara, pero me quedé mirándola callado y el silencio se hizo notar, pero la balsa culiá me responde que no, que no se puede disculpar de lo que realmente piensa, que sería una mentira, entonces le digo (habiendo perdido mis cabales, no se cómo con tan poco) hazlo o vas a terminar llorando, porque yo diré lo que siento, y me desafió -a ver po's- y empezó mi lengua como el látigo de los romanos al ritmo que mis ojos se volvieron inexpresivos -¿tay segura? porque de acá en adelante se acaba la wena onda- -¿qué me puedes decir que no me hallan dicho antes?- -por ejemplo que eres muy fea, y que lo sabes por eso envidias a tu hermana, igual que tu mamá... le tienen envidia, y le hicieron creer que era inteligente, y que eso era importante...- -¿creí que con eso me vas a hacer llorar?- - no, a lo mejor no, pero me basta con hacerte saber que das asco, pero no por lo fea, sino por la envidia, y te brillan los ojos por verte al descubierto, mírate, se te notan los rollos, tení la media joroba y la piel manchada de espinillas, eres como un sapo, pero negro, dale las gracias al negro culia'o de tu papá, el te dio esos genes repugnantes...- y antes de terminar de hablar se mete el loco de'lla y me dice: oye Kevyn disculpa pero te estás yendo al chancho. -Mira loco este no es tu problema... bueno, es tu mina así es que es tu problema ¿lo querí arreglar en la calle?- - No, pero te quiero pedir que te vayas- se mete mi mina y me dice: ¿qué weá te pasa es mi hermana? no tienes porque decir esas cosas... -lo siento, como ella solo digo la verdad y prefiero irme, estoy chato y aburrío, me voy- esbozo una sonrisa que me borran de una cachetá y me voy a la puerta con mi mochila, mi polola me ataja y la empujo y los primos se paran a agarrarla -llévense a esta puta que me tiene chato- grito con rabia y salgo a la calle y uno de los weones me dice: ¿que weá estay hablando? -ven a la calle y te digo po's maricón conchetumare, a mi prima le dicen una weá así y le parto el hocico al culia'o, pero vo's no tení coco...- y salen los weones uno de ellos con un palo de escoba, alcancé a sacarme los lentes y meterlos en el banano, aprieto los dientes y vuelvo mi rostro como el de una estatua, enanos culia'os, levanto mi mano y le dejo caer el puño en la nariz, chocolate al toque, y me tiro encima del weón, el hermano me chanta un palo en la espalda y uno en la cabeza, me doy welta, otro en el hombro y le tomo el palo y se lo pongo de punta, como lanza al hermano que tengo debajo mío, dos veces en la cara y queda inconsciente, me paro y le chanto una patá en la cabeza al weón que está en el suelo, y miro al weón del palo y me arrojo con cara de ná, un combo en el hocico y se pega en la punta de la puerta (que se abre hacia afuera) ahí quedó chinito en el suelo, me dewelvo a pegarle patás al que estaba tira'o antes y mi mina me toma del pelo, le tomo la mano y hago que le pegue un combo a su cagá de primo, suficiente pa quedar llorando... el otro weón y mi cuñao se hicieron los weones, la otra mierda dijo que iba a llamar a los pacos y yo le dije que lo hiciera y que si me iba preso iba a salir de nuevo a puro quemarle la casa a los viejos con ellos dentro así es que mejor que se quedara callada. Me jui caminando, tiritando, rabia, miedo, alegría, no sabía que me pasaba. La gente me miraba como a un loco y entre odio y pena ya la echaba de menos ¿porqué soy tan weón?

lunes, 9 de mayo de 2011

Soy un afortunado o un cobarde, pero siempre las más valientes se quedan conmigo...

Guerrillero o cantor, siempre el destino es el mismo, en el suelo la cabeza hecha mierda , las balas siempre son las mismas...

En el funeral de una diosa, la más grande la más fuerte, aparecí con mi cara de tonto, su papá y toda la familia me miraban, y yo cachaba que tenían ganas de agarrarme a chuchá y echarme cagando, pero con la escusa del respeto se hicieron los weones, yo seguí callaito hasta el ataúd y verla tirada toda pálida, sin saber de que chucha murió, me dejó impávido, no sabía que hacer, entonces me dieron ganas de hacer el discurso, uno que sorprendiera, pero después me dieron ganas de hacer cagar a la familia y tirarles mierda, decir ante todos que el papá que miraba con odio era un maricón, que le sacaba la chucha, que los demás weones le pedían favores porque era la weona, la tonta de la familia, y ahora estaban llorando... tuve ganas de provocar una pelea, creí que con eso podría irme en paz, pero después pensé que un discurso es una weá de mierda, lo mejor era llorar junto al cadáver y ahí tirar mierda, las mismas weá, pero con rabia y no haciéndose el weón, después pensé puta en cierta forma tienen razón estos culia'o, que no la dejé en paz ni el día de su muerte, a lo mejor era salir cagando y no molestarlos, si decir nada a nadie, pero no, mis respetos eran hacia ella, los demás weones nunca me importaron y sabía que jamás los volvería a ver o no tenía porque verlos, lo que me interesaba de ellos ya estaba por ser enterrado, y aunque las demás estaban bien ricas, y me daban ganas de culiármelas, sabía que no había chance.
Pero mi boca que nunca ha tenido mucho freno daba por fin su verdadera cara, todas las veces anteriores que habló, eran pura mula, hablaba porque estaba segura, porque se sentía cómoda, sabía que podía aplastar, en cambio ahora estaba calladiiiita ahí, en medio del webe'o, lo mismo que mis manos, era la cabeza la que hacía las cosas, buscaba futuros posibles, escusas culiá, al final me conocí en persona y me jui

piolita pa la casa, con la misma escusa del respeto.